domingo, 15 de noviembre de 2015

De Dios, la religión y las guerras

Pensar que religión es causante de las guerras es el equivalente a pensar que todo ateo es un pacifista en potencia, nada más falto de verdad, en esta generalidad en la que todo es relativo y nada es absolutamente cierto, cada uno, en ambos polos, tendrá su verdad, muy a su modo y muy a su manera, pero la verdadera paz no sería renunciar a las religiones ni tampoco ser creyentes del mismo o algún Dios; la verdadera paz no es la ausencia de guerra, es el poder convivir unos con otros, sin dañarnos, respetándonos, sabiendo que somos habitantes de un mismo espacio, que el mundo es redondo y la patada que tiremos al frente nos llegará al trasero.

De seguir con la lógica impuesta por los resultados de quienes matan en nombre de un Dios, llegaríamos a pensar que los cuchillos son malos porque son utilizados para asesinar, no es el objeto, es la forma en que utiliza, la Biblia es un libro que mayormente habla de amor, de dar, de perdonar y si, antes que los ateos me linchen también habla de muertes y de violencia, pero en este entendido ese mismo Dios en el que creemos (los que creemos) nos dio ese famoso “libre albedrío”, esa libertad por la que agnósticos y creyentes apelamos por igual, en ella hay algo llamado sentido común que nos dicta que lastimar a otros no puede ser bueno.

La Biblia es tan actual y vigente como lo es reconocer que fue escrita antes de muchas decenas o centenas de años de evolución y luchas sociales, incluso de revoluciones (que también han originado muertes) pero creo que si todos guardamos el mensaje más importante que lleva viviríamos mejor, si todos hiciéramos perdurar el mensaje de paz y de ayuda mutua, de comprensión al dolor del otro y del respeto a lo esencial que es la vida, este texto ni siquiera existiría. ¿Es demasiado pedir? Desafortunadamente parece que si.

Pedimos un alto a la guerra y a la violencia desatando una con quien tenemos a un costado, pedimos respeto a una nación y no respetamos algo tan superficial como un bandera en un avatar de nuestro contacto (las más de las veces amigo), pedimos orar por un país y no oramos antes de comer, al despertar o al acostarnos, gritamos que la religión causa la guerra y me convierto en un ateo aferrado a negar la existencia de algo en lo que ni siquiera creo (que contradictorio). Pedimos un alto a la guerra sin resolver nuestras guerras internas, ¿por qué no preocuparnos por hacer y enviar mensajes de paz?, por tu familia, por tus vecinos, por tu Estado si te hace sentir mejor, por tu país, por oriente o por occidente.

¿Y que más da si tú quieres poner la bandera de un país? ¿Y que si el otro quiere poner la de su Ciudad?

Creo, solo creo, que uno de los problemas que nos aquejan es que la violencia en nuestro país se ha vuelto nuestro pan de cada día, a tal grado que ya no nos sorprende ni nos indigna, perder la capacidad de sorprendernos es verdaderamente triste y si hoy veo que les sorprende lo que pasó en otro país... felicidades!!, al menos es una señal de que aún podemos sentir y nos podemos indignar, una vez recuperado eso luchemos por resolver las guerras cercanas, si bien es cierto que las guerras no acaban con una bandera tampoco se terminan con la indiferencia, la solidaridad no puede ser mala, quien dicta a que causa debemos ser solidarios?. Qué si son el resultado de una plataforma al servicio de los más fuertes? tal vez, pero recordemos que las plataformas responden a algoritmos basados en lo que la gente escribe, lo que es boom mediático, eso es que hemos callado ante lo que ocurre a nuestro alrededor; pero insisto, peor sería no sentir, no tener información global, no decidir, no darme ni darte la libertad de elegir.

La religión no es mala, la fe no es mala, un Dios no es malo, un libro no es malo…

Ya lo decía Saramago hace unos años Se dirá que un dios se dedicó a sembrar vientos y que otro dios responde ahora con tempestades. Es posible, y quizá sea cierto. Pero no han sido ellos, pobres dioses sin culpa, ha sido el `factor Dios´, ese que es terriblemente igual en todos los seres humanos donde quiera que estén y sea cual sea la religión que profesen, ese que ha intoxicado el pensamiento y abierto las puertas a las intolerancias más sórdidas, ese que no respeta sino aquello en lo que manda creer, el que después de presumir de haber hecho de la bestia un hombre acabó por hacer del hombre una bestia.(El Factor Dios)

Algunos integrantes de muchas religiones están tan ocupados en defenderla y de imponer lo que creen que se olvidan de aquello sobre lo cual se basan y edifican todas ellas:

Amor a tu prójimo como a ti mismo.





martes, 3 de noviembre de 2015

El Hostigamiento y abuso sexual a las mujeres y la minimización los hechos.

¿Por qué es tan grave lo ocurrido con una conductora de televisión y su compañero al tocar sus senos e intentar levantar su falda?

Es grave por el mensaje que envía a las mujeres que ven ese programa, es grave por el mensaje que envía a los hombres que ven ese programa.

¿Qué mensaje? cuando uno ve esas escenas puede apreciar la imagen de sexo dominante sobre una víctima que debe sonreír y aguantar ante, lo que es a ojos cerrados, una invasión a su espacio personal, debe sonreír y aguantar los comentarios y muestras de afecto lascivas ¿y si no aguanta? Pues “anda hormonal”, “anda en sus días” o “es una histérica exagerada” porqué ella debería de aguantar ¿o no? y claro, además el que un hombre lo haga es gracioso, debe ser chistoso para los demás y así es como se perpetúan los abusos, cuando los normalizamos, cuando los hacemos cotidianos y sobre todo cuando los minimizamos.

Hoy día podemos ver en TV muchas de esas escenas y nadie se escandaliza, encima de todo hasta podemos llegar a justificarlas, porque tal vez (pensarán algunos) “les levanta el ego”, “les gusta” o lo más común “porque ellas lo permiten”, “a ellas no les molesta, ¿por qué te molesta a ti?”.

Hemos aprendido a lo largo (o corto) de nuestra historia que la belleza de la mujer marca un estándar en su seguridad y reconocimiento, desafortunadamente se ha vuelto un elemento mediante el cual una mujer es valorada (si, sé que muchas de estas percepciones le parezcan arcaicas o inexistentes, pero aún persiste esta idea) basta ojear una revista o ver los programas de televisión, aquellos de gran penetración en los que lo que se exalta es su belleza, su cuerpo o sus curvas pronunciadas, claro incluyendo el destacar su corta y ajustada vestimenta, como si alguien que prefiere utilizar vestidos largos sea menos bella, o que aquella mujer que no cumpla los estándares de belleza marcados por ellos no merezca que se haga mención de su también belleza. El problema de la “normalización” a la que hacía referencia es justamente cuando la mujer acepta ese papel impuesto, cuando se le cosifica y aceptamos esto como parte del cotidiano existir, se “Aprende que la única función en esta vida es ser objeto, pero como en todo hay objetos mejores que otros, aprende a "venderse" como mejor objeto, así tenga que competir con otras, y ahí tienes las historias del medievo entre las reinas peleando por ser la elegida, los cuentos donde la virginal y pura es la de mayor valía” “Hay mujeres que compiten con buen cuerpo, lo que se considera estereotipadamente aceptable” (Mine MonteMar). En muchos de los casos ellas ignoran que existe una realidad alterna, el patriarcado en que nos hemos desarrollado dicta desde pequeños cuales son los roles de género que cada uno debe desempeñar, los medios los refuerzan y en muy amplios sectores sociales quien no cumple el rol de género impuesto es mal visto.

Hemos llegado a grados inimaginables mediante los cuales se justifica la violencia a la mujer, un hashtag en internet #CalientaHombres que se convirtió en tendencia en nuestro país, y antes de eso encuestas a nivel nacional en el que más del 10% de la población piensa que algunas mujeres son violadas porque provocan a los hombres.

Debemos entonces poner un alto a todo esto, debemos hacer ruido y hacer visible esta clase de abusos, con ello más y más mujeres y hombres podremos ir identificando estos casos y poniéndolos en tela de juicio hasta lograr erradicarlo, deben hacerse campañas masivas mediante las cuales hagamos saber cuándo y en que momento una mujer está siendo víctima de hostigamiento, según la ONU "la violencia de género ha disminuido en los países donde se encuentra información disponible y programas para abordar la problemática" debemos hacer saber que no es normal y que tampoco es gracioso, debemos instruirnos todos en casa, pero también a instruirnos a nivel Institucional, para que estas instituciones reproduzcan estas acciones, debemos darnos cuenta que el machismo no nos beneficia como sociedad, pequeños abusos desencadenan grandes ataques hacia las mujeres, no es exagerar, es ser conscientes de los derechos que como mujeres y como grupo vulnerable tienen, es conocer las leyes y tratados no solo nacionales sino internacionales que defienden una vida libre de violencia para las mujeres. No es buscar solo el bienestar para ellas, es buscar un bienestar colectivo.

Gracias Mine MonteMar / Ale Ventura / Luis Sánchez por ampliar mi visión.

Aquí dos vídeos para consultar:

De estereotipos y roles de género: La publicidad dirigida a las mujeres en el siglo XX

Cortometraje francés que muestra un mundo donde los hombres son mujeres